The Perth Mint ha presentado una exclusiva emisión de tres bullion de un kilo cada uno, acuñados en oro, platino y oro rosa, con un diamante de color procedente de la Mina de Diamantes Rosas de Argyle.
Se trata de una emisión especial formada por tres piezas, de curso legal, que toman como base cada una de las tres monedas que la Perth Mint acuña anualmente de la serie de animales de Australia: el cucaburra, el canguro y el koala. A cada una de ellas se les ha engarzado un diamante único, proporcionado por otra institución australiana, la compañía Argyle Pink Diamonds.
La moneda del cucaburra está acuñada en oro de 999,9 milésimas de pureza. La del canguro es de platino de 999,5 milésimas de pureza. Y la del koala, de oro rosa de 22 quilates, que es una aleación del 91,7% de oro puro y el 8,3% de cobre, metal rojizo que le confiere ese tono característico.
Para completar la exclusividad de la emisión, cada una de las monedas lleva engarzado un diamante de Argyle Pink Diamonds. En el caso del cucaburra, se trata de un diamante de 47 quilates, de corte circular y color denominado “Fancy Deep Purple-Pink”. La moneda del canguro lleva un brillante de 46 quilates, de corte esmeralda, en color “Fancy Dark Gray-Violet”. Y la del koala, un brillante de 58 quilates, también de corte esmeralda, en color “Fancy Intense Pink”.
La serie de tres monedas, de la que solo se ha acuñado un ejemplar, va a estar expuesta durante todo el mes de junio en las instalaciones de la Perth Mint, a menos que alguien decida comprarla antes. Su precio de venta al público es de 1,8 millones de dólares australianos (algo más de 1,2 millones de euros).
La ceca australiana, que ya ha acometido labores de tanta complejidad técnica como la acuñación de una moneda de oro puro de una tonelada de peso, comercializa una serie de monedas acuñadas en metales preciosos, combinadas con la inserción de diamantes procedentes de la Mina de Argyle, en Australia Occidental. La llamada Trilogía Australiana supone un paso más en esta nueva línea.
Según explican en su blog, para la elaboración de esta irrepetible y única emisión de tres monedas de un kilo cada uno (“lo suficientemente grandes como para ocupar la palma de la mano”) con el nivel de perfección requerido, fueron necesarias más de 30 pruebas de cada una de las piezas, que fueron inspeccionadas cuidadosamente hasta seleccionar las tres más perfectas. El resto fueron fundidas de nuevo.
Uno de los momentos más delicados del proceso fue la inserción de las piedras en las monedas, ya que un simple desliz de las herramientas con las que trabajaban los artesanos podía poner en peligro el proyecto.
De la inserción a mano de los diamantes se encargó uno de los mayores expertos, que voló especialmente desde Singapur a Perth para hacerse cargo de esta delicada tarea, que se llevó a cabo “con una precisión inmaculada”.