Sudáfrica es el principal productor mundial de platino, con aproximadamente el 70% de la producción mundial de este metal. Sin embargo, el sector minero de platino del país no atraviesa por su mejor momento, con el cierre de varias minas y el recorte de miles de empleos.
La combinación entre la subida del rand, tras el relevo en la presidencia de Jacob Zuma por Cyril Ramaphosa, y del estancamiento del precio del platino está reduciendo los márgenes de beneficio de muchas compañías mineras de platino sudafricanas, que se están viendo obligadas a cerrar diversas explotaciones que no resultan económicamente rentables.
El futuro tampoco se presenta demasiado halagüeño, teniendo en cuenta que la caída de la demanda de vehículos diésel y el aumento de cuota de mercado de los eléctricos reducen la demanda de platino, metal usado para controlar las emisiones contaminantes.
Los analistas prevén que la reducción de la demanda va a obligar a la industria a reducir su tamaño, hasta que aparezca una nueva fuente de demanda que sustituya al sector automovilístico. Esto implica el cierre de explotaciones.
Las pérdidas en el sector del platino también van a afectar a los planes del nuevo Gobierno de Ramaphosa, ya que las exportaciones de este metal son una importante fuente de ingresos para el país, en un momento en que el nuevo presidente busca fórmulas para reactivar una economía que apenas va a crecer un 1,5% este año y que cuenta con una tasa de desempleo del 27%.
La industria sudafricana del platino generó unos 8.000 millones de dólares en ventas el año pasado y empleó a más de 175.000 trabajadores en la República Sudafricana, según los datos de la Cámara de Minas.
Los recortes ya han comenzado a aparecer en la industria: en enero pasado, Impala Platinum cerró uno de los pozos de su mina de Rustenburg, prevé cerrar otros tres en cuanto se extraiga el mineral y despidió a 1.400 trabajadores.
Su rival, Lonmin Plc se plantea recortar unos 12.000 empleos en el plazo de tres años, mientras que la mayor productora, Anglo American Platinum, ha congelado las inversiones en sus principales explotaciones.
Buena parte de los problemas de la industria están relacionados con la apreciación del rand, la divisa local, que se ha revalorizado un 15% respecto al dólar durante los pasados seis meses.
El pasado 26 de marzo, el rand se apreció otro 1,1%, después de que Moody’s mantuviera el rating crediticio del país en el grado de inversión y elevara la perspectiva a estable. Y eso son malas noticias para las compañías mineras de platino, que cobran en dólares, pero tienen que pagar la mayor parte de los costes en rand.
El precio del platino en la divisa sudafricana ha caído más de un 15% desde mediados del pasado mes de noviembre, y alrededor de un 60% desde que alcanzara su máximo, hace una década.
La reducción de la producción va a tener un impacto negativo en los ingresos por las exportaciones de Sudáfrica y en la balanza de pagos del país, ya que este metal es el principal producto de exportación. Y a ello hay que añadir que el presidente Ramaphosa tendrá que implementar un plan de creación de empleo para miles de desempleados en el cinturón minero de platino.
Según la consultora especializada en metales preciosos Metals Focus, uno de los problemas es que existe un stock de platino extraído superior a la demanda anual: la producción mundial de 2017 fue de 8 millones de onzas (248,8 Tm), pero el consumo solo fue de 7,7 millones de onzas (239,5 Tm).
Para 2018 se espera que los recortes que ha llevado a cabo la industria sudafricana del platino comiencen a mostrar sus efectos en las cifras globales. Según el Consejo Mundial de Inversiones en Platino (WPIC, por sus siglas en inglés), se prevé que la demanda de metal se mantenga en este año, tras una caída del 7% el año pasado, mientras que la previsión de suministro procedente de la minería apunta a una caída del 4%.