La subida del precio del oro en los últimos años ha disparado los intentos de falsificación de lingotes y monedas de oro, que encuentran en las transacciones por Internet el caldo de cultivo ideal. A los recientes fraudes descubiertos en Estados Unidos y Canadá se une ahora España, tras la detención de un estafador en Huesca.
El estafador detenido por la Policía Nacional utilizaba plataformas de venta por Internet, por medio de las cuales ofrecía lingotes y monedas a un precio ligeramente inferior al de mercado, con lo que lograba no despertar sospechas, atraía a los clientes por sus precios competitivos y, según la Policía, obtenía beneficios de hasta el 1.200%.
El caso se destapó a raíz de la denuncia de uno de sus clientes, que había comprado cinco lingotes de oro, por valor de 5.000 euros, supuestamente procedentes de la Perth Mint australiana, a través de una aplicación de su smartphone.
Ante las sospechas que le asaltaron cuando los recibió, decidió llevarlos a analizar a una joyería, donde le comunicaron que se trataba de falsificaciones. A raíz de la denuncia, la Policía se puso en contacto con otros tres clientes, de Madrid y Barcelona, que habían comprado lingotes y monedas en la misma tienda virtual, para verificar la autenticidad de las piezas, que resultaron también falsas.
Una vez identificado el estafador y ante la inminencia de una nueva venta, la Policía procedió a su detención. Al registrarle le intervinieron ocho lingotes de oro falsos y más de 4.000 euros en metálico.
En el registro de sus domicilios en Huesca y Murcia, la Policía encontró falsificaciones de más de 90 lingotes, 50 monedas de oro y 73 de plata, elaboradas con una gran perfección, que incluso imitaban los nuevos diseños introducidos por algunas casas de la moneda en sus últimas piezas para, precisamente, hacer más difícil la labor de los falsificadores.
En su mayoría, se trataba de imitaciones de piezas de la Perth Mint, aunque también había falsificaciones de la Royal Canadian Mint (que acuña lingotes de oro y el bullion Maple Leaf), Turquía y Suiza, entre otras.
También se le intervino un manual editado por la Perth Mint en el que se explicaban las nuevas características introducidas en sus piezas para evitar las falsificaciones, documento que el estafador utilizaba para dar a éstas la apariencia de autenticidad.
Entre estas características estaba el hecho de que los lingotes se envolvieran en un blíster que el estafador recomendaba a las víctimas no abrir, ya que, si se abría, la pieza perdería valor en el mercado en caso de que quisiera revenderla.
Hay que recordar que, como hemos publicado en Oroinformación, se han dado casos recientes de venta de lingotes falsificados en Canadá (donde incluso llegaron a venderse en oficinas del Royal Canadian Bank), en Shanghai o en Oregón.
Una de las fórmulas utilizadas para realizar estas falsificaciones es sustituir el oro por tungsteno, un metal mucho más barato, pero con casi la misma densidad. El tungsteno recubierto de una lámina de oro puede superar algunas de las pruebas que se realizan para determinar la autenticidad de un lingote.
En el caso de Canadá, por ejemplo, la falsificación se descubrió porque el lingote fue comprado por un joyero, quien lo extrajo del blíster y fue a moldearlo para fabricar una pieza. El tungsteno es un metal que no tiene la maleabilidad del oro, por lo que la máquina no fue capaz de laminarlo.
Desde Oroinformación recomendamos a los inversores en oro que sigan unas sencillas precauciones a la hora de comprar piezas de oro, con las que seguramente evitarán ser víctimas de fraudes como éste, como verificar que el comercio donde se adquiere es merecedor de confianza o no dejarse llevar por ofertas o precios sospechosamente bajos.
En cualquier caso, siempre es mejor acudir a distribuidores con garantías y de confianza, como Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión.