Algunos bullion o monedas de inversión en metales preciosos como el oro y la plata han trascendido los ámbitos de la numismática y la inversión, para ser reconocidos internacionalmente. Es el caso, por ejemplo, de los soberanos de oro británicos que James Bond llevaba ocultos en su cinturón para “gastos imprevistos”, o el archiconocido Krugerrand sudafricano, quizá la moneda de oro más popular del planeta. Luego están la Filarmónica vienesa, el Panda chino, los Eagles norteamericanos…
Entre elenco de monedas, a caballo entre la numismática y la inversión en metales preciosos quiere colarse un nuevo bullion, con la particularidad de que está ideado y creado por una sola persona, no por un banco central o casa de la moneda: se trata del Buyanga, un medallón de oro ideado por el homónimo multimillonario de Zimbabue, Frank Buyanga, y lanzado a través de African Medallion Group.
Partiendo de la base de que no es, ni podrá ser nunca, un bullion (no está emitido por un banco central ni casa de la moneda oficial, ni cuenta con valor facial ni sirve como medio de pago en ningún país), la iniciativa no deja de ser curiosa.
Según indica la web de la mencionada African Medallion Group, se trata de “una iniciativa global cuyo objetivo es permitir un acceso fácil a la riqueza por medio de ediciones limitadas de medallones fabricados en metales preciosos”.
Su fundador es el mencionado Frank Buyanga, un polémico magnate inmobiliario de Zimbabue, quien confiesa que su iniciativa es una respuesta a los miles de personas que le han preguntado “¿qué debería hacer con mi dinero?”.
En la información publicada por African Medallion Group se afirma que “nuestro medallón certificado panafricano es la mejor forma de preservar su riqueza de forma legal. Cada uno de ellos le permite conservar su dinero bajo la forma de un activo de gran valor que puede liquidarse con facilidad”.
Según la página web, los medallones están certificados, aunque en ninguna parte se describen sus características técnicas, como la pureza del oro que los compone o sus dimensiones, más allá de un diseño manifiestamente mejorable. De hecho, ni siquiera existen fotografías de los mismos, más allá de la ilustración que reproducimos aquí. Lo único que se especifica es que su peso es de ¼ de onza (7,78 gramos).
También resulta sospechoso el hecho de que la página confirme que la primera emisión de estos medallones (de la que tampoco se especifica el número de piezas) se haya agotado antes de salir a la venta. Según publican algunos medios de Zimbabue y Sudáfrica, fue adquirida en su totalidad por Sandile Shezi, otro polémico multimillonario, el más joven de Sudáfrica.
Curiosamente, Shezi señalaba a uno de estos medios que “veo a estos medallones como la nueva moneda global. Son un activo que la gente puede comprar a bajo precio, guardar y venderlo con beneficios cuando suba el precio”.
Más allá de la anécdota de este sucedáneo de bullion, lo cierto es que la inversión en monedas de oro y plata es una buena solución para los interesados en acceder a los metales preciosos, ya que existen versiones de los bullion más conocidos desde 1/10 de onza hasta 1 kg.
Eso sí, desde Oroinformación recomendamos a los interesados que acudan a comerciantes que ofrezcan todas las garantías, porque no es bullion todo lo que reluce.