Además de oro, plata, platino y paladio hay otros metales de inversión cuyo nombre es mucho menos familiar entre los inversores que los cuatro anteriores. Es el caso del rodio, un metal mucho menos conocidos que sus parientes, pero que también puede ser objeto de inversión.
El rodio fue descubierto por el físico y químico británico William Hyde Wollaston, inventor de un método para procesar el platino. En el curso de sus investigaciones, descubrió el paladio (1803) y el rodio (1804), ambos metales de la familia del platino, junto con otros metales como el osmio, el rutenio o el iridio. Su número atómico es el 45 y está incluido en el Grupo 9 de la tabla periódico, con el símbolo Rh.
Comparte con los metales del grupo del platino su resistencia al desgaste, la altísima temperatura de fusión y la resistencia a la corrosión y a los ácidos. Por ello, se utiliza como catalizador en algunas aleaciones del platino.
Se utiliza en joyería por su maleabilidad. En especial, para la fabricación de oro blanco (en aleación con un 75% de oro) o para dar un baño a las piezas de plata, protegiéndolas de la corrosión y evitando que el metal se ennegrezca.
Uno de los usos más curiosos que ha tenido el rodio ha sido la fabricación de un disco que le fue entregado en 1979 a Paul McCartney por Guinness Wolrd Records, por ser el compositor que más discos ha vendido en la historia.
El rodio está llamando la atención del mercado por la subida de su precio, que ha superado los 1.000 dólares la onza, su nivel más alto desde junio de 2015, y lleva un 30% de subida desde comienzos de 2017.
Estas cifras lo convierten en el metal precioso que mejor se ha comportado en 2017, desbancando a los futuros del oro, del platino y del paladio. Su mercado es tan pequeño que tan solo se comercializa en spot; no hay “rodio papel”.
Uno de sus usos industriales es la fabricación de catalizadores, junto con el platino y el paladio. Analistas como Phillip Streible, de RJO Futures apunta, como causa de la subida de precios del rodio, el aumento de la demanda por parte de México, que está batiendo récords en sus cifras de producción de vehículos.
El país exportó 240.909 vehículos en febrero, un 9,7% más que las cifras de 2016. Una buena parte de esta producción va a parar a los Estados Unidos.
De todas formas, algunos analistas señalan que, debido al reducido tamaño del mercado del rodio, sus precios pueden experimentar violentas oscilaciones, y caer tan rápido como han subido.
En cualquier caso, como todos los metales preciosos, su rareza lo convierte en un objetivo interesante para los inversores.