Con la subida del precio del oro y el interés que este metal está despertando en los inversores, es lógico que se esté multiplicando la actividad de los falsificadores de lingotes y monedas, una actividad ilícita de la que periódicamente tenemos noticias en distintos puntos del mundo, como en Canadá o los Estados Unidos.
En esta ocasión, la noticia ha llegado a salpicar el nombre de la Shanghai Gold Exchange, el Mercado del Oro de Shanghai, que ha tenido que emitir un comunicado para desmentir las informaciones de prensa que lo vinculan con un proveedor de lingotes al que se acusa de engañar a entidades para la concesión de préstamos ofreciendo como garantía lingotes de oro falsos.
Según un reportaje publicado en la revista china Caijing, la empresa Boyuan Mining Co, con sede en la ciudad de Lingshan (provincia de Henan), se dedicaba a fabricar lingotes de tungsteno recubiertos de una lámina de oro, que luego colocaba en el mercado como lingotes de oro reales. Mediante este fraude, la publicación asegura que ha obtenido beneficios superiores a los 10.000 millones de yuan (1.450 millones de dólares) durante la pasada década.
Caijing cita a Boyuan Mining Co como uno de los proveedores del Mercado del Oro de Shanghai desde el año 2010. Una cuestión que en el comunicado de la Shanghai Gold Exchange desmienten de forma categórica: “Boyuan Mining Co no se encuentra en la lista de proveedores autorizados. Todos los lingotes y barras de oro y plata con los que se comercia en la Shanghai Gold Exchange han sido sometidos a estrictas inspecciones”.
El Mercado de Shanghai cuenta con 24 proveedores de lingotes de oro y 26 proveedores de lingotes de plata, además de otros 40 proveedores de barras de distintos pesos tanto en China como en el exterior, según el comunicado. Y entre ellos, aseguran, no se encuentra Boyuan Mining Co.
Según el reportaje publicado en la revista Caijing, la empresa fabricaba desde 2005 lingotes de cinco kilos que contenían un 62% de tungsteno y un 38% de oro. Aprovechando la subida del precio del oro registrada en 2007 (más de un 30%), Boyuan utilizó esos lingotes como garantía para obtener préstamos desde diversas entidades de crédito de las provincias de Henan y Shaanxi.
Una operación policial llevada a cabo el año pasado desarticuló esta trama y detuvo a sus responsables.
Es habitual el uso del tungsteno o wolframio por parte de los falsificadores de lingotes de oro, ya que este metal tiene una densidad de 19,25 gr/cm3, muy similar a la del oro, que es de 19,3 gr/cm3. Esto significa que los lingotes falsos pasan el primero de los exámenes que suelen detectar las falsificaciones: el del peso.
Además, los lingotes de tungsteno recubiertos con una capa lo suficientemente gruesa de oro reaccionan de la misma forma a las pruebas químicas a las que se somete al oro, no es detectable por los análisis de rayos X y suenan igual que los lingotes reales cuando son golpeados. La única forma de detectar la falsificación es cortando el lingote por la mitad, una prueba que en muy pocas ocasiones se suele realizar.
Lamentablemente, los falsificadores son conscientes de estas propiedades y por ello las falsificaciones de lingotes a base de tungsteno chapado en oro son cada vez más frecuentes. Hasta tal punto, que no es nada difícil localizar en Internet páginas web con tutoriales para realizar estas falsificaciones. Y ni siquiera hace falta bucear muy profundamente. Cabría esperar de los organismos internacionales de control un celo para eliminar estas webs similar al que se utiliza con otro tipo de delitos contra la propiedad intelectual.
Para evitar correr riesgos innecesarios, los inversores interesados en la adquisición de lingotes y moneda deben dirigirse a entidades que ofrezcan garantías suficientes y unos precios que se ajusten al mercado. Nadie da duros a cuatro pesetas, ni lingotes a unos pocos cientos de dólares la onza