La minería de oro es una industria muy particular, cuyos resultados se ven muchos años después de realizar las inversiones, y que también reaccionado con mucho retraso a la variación en el precio del oro.
El número de septiembre de la revista Gold Invest, editada por el Consejo Mundial del Oro, incluye un interesante artículo escrito por Tom Brady, economista jefe de la minera Newmont Mining Company, una empresa con sede en Denver (Colorado, EEUU), que en 2016 fue la segunda mayor productora de oro del mundo, con 4,9 millones de onzas, solo por detrás de Barrick Gold.
Brady reflexiona sobre el suministro global de oro procedente de la minería y la evolución tecnológica que ha experimentado ésta y que ha permitido incrementar su rentabilidad y productividad.
En 1900, el suministro global de oro procedente de la minería fue de 12 millones de onzas. Para 1970, había alcanzado los 50 millones, gracias a la explotación de nuevas zonas, en concreto la región sudafricana de Witwatersrand, de donde se ha extraído la mayor cantidad de oro que hoy existe en el mundo.
Durante esos 70 años, el 45% del oro extraído procedía de los Estados Unidos. En 1970, el 70% del oro mundial era sudafricano. En la siguiente década, sin embargo, el suministro procedente de ese país caía casi el 20%, mientras las compañías mineras se encontraban con dificultades, ya que la concentración de oro por tonelada se había reducido en las explotaciones tradicionales. Un agotamiento que provocó la caída de la producción mundial.
Las innovaciones tecnológicas que comenzaron a aplicarse en la década de los 80 permitieron que la extracción de oro de las antiguas minas volviera a ser rentable.
En el caso de Newmont, como explica Brady en su artículo, sus minas de Carlin (Nevada, EEUU) sirven para visualizar la aportación de la tecnología a la industria minera del oro. En explotación desde la década de los 60 del pasado siglo, las minas producían unas 130.000 onzas en 1965, con una concentración de oro en sus reservas de 0,3 onzas por tonelada.
En los años 80, la concentración había caído a menos de 0,1 onzas por tonelada. Los avances tecnológicos y nuevos sistemas químicos de separación de los metales permitieron que la producción creciera a más de 1,5 millones de onzas a finales de la década.
A principios de la década de los 90, la mina Quarry, de Carlin (en la imagen), se convirtió en la primera mina de oro del mundo en producir más de un millón de onzas al año. Brady explica cómo en las décadas siguientes, los avances tecnológicos permitieron incrementar la producción mundial hasta los 85 millones de onzas en 2001.
Inversión
En la primera década del siglo XXI, el crecimiento del precio del oro (desde unos 250 dólares la onza en 2001 a más de 1.700 dólares en 2012) permitió a la minería del oro disfrutar de un periodo de notable desarrollo, en el que las compañías mineras expandieron sus exploraciones, incrementándose presupuestos e inversiones, lo que permitió que la producción mundial de oro creciera hasta cerca de 93 millones de onzas.
En este periodo, fue notable la aportación de China, cuya producción creció desde menos de 6 millones de onzas en 2002 a más de 13 millones en 2012.
Brady ofrece datos interesantes sobre la inversión de las mineras en exploración: 80 millones de dólares en 2002, con un crecimiento del 25% anual hasta alcanzar casi 10.000 millones de dólares en 2012.
En el caso de Newmont, la segunda minera de oro mundial pasó de invertir menos de 40 millones de dólares en 2001 a cerca de 360 millones en 2012. En 2016, su inversión alcanzó poco menos de 150 millones de dólares.
Relación precio/producción
Tom Brady explica en su artículo la diferente reacción de la exploración y el suministro minero a la subida del precio del oro. Así, cuando el oro sube, la inversión en exploración por parte de las compañías mineras crece. Sin embargo, es necesario que pasen muchos años para que ese crecimiento se refleje en un incremento de la producción.
Por ejemplo, a pesar de que el precio empezó a subir en 2000, la producción minera de oro no se incrementó hasta 2009, casi una década después. A partir de ahí, aunque el precio ha caído desde sus máximos de 2012, la producción global ha seguido incrementándose hasta 2016, año en que se produjeron 104 millones de onzas.
La explicación que da el economista jefe de Newmont es que la minería es un negocio a largo plazo. Pasan muchos años desde que se realizan las prospecciones, estudio de viabilidad, proyectos y demás, hasta que la mina inicia su producción comercial.
Un ejemplo: el primer propietario de la mina de oro de Merian, en Surinam (actualmente propiedad de Newmont y del Gobierno de ese país), solicitó el permiso en 1999 y comenzó las perforaciones en 2000. La producción comercial no comenzó hasta 2016, 17 años después de la exploración inicial y más de 10 después de que se declarara oficialmente el hallazgo de oro.
La conclusión es que el suministro global de oro decrecerá gradualmente durante los próximos años, debido a la caída de los precios, la reducción del gasto en exploraciones y la reducción del número de proyectos en desarrollo.
Entre mediados de los años 90 del pasado siglo y principios del 2000, la producción cayó un 1% anual. La previsión de Tom Brady es que esta vez ocurrirá algo similar.